Hola, soy Laurencia Zavala Banda, gracias por estar aquí.

Te cuento un poco de mí:

 

Nací en Durango, México, hace ya algunos años. Hoy entiendo que toda mi historia de vida me ha traído hasta este lugar, desde donde deseo acompañar a otros a comprender su historia y sanar sus heridas.

 

Desde niña me apasionaron el estudio y las artes. Hice ballet, aprendí piano y me encantaba cantar. Esos espacios fueron siempre mi refugio y mi salvación.

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Más tarde decidí estudiar Psicología, y al comenzar a vivir sola descubrí la importancia de la distancia: me ayudó a verme desde otra perspectiva y a madurar.

Cuando terminé la carrera, supe que quería ser terapeuta. Más de diez años después, sigo convencida de que la terapia Gestalt es un camino que puede llevarnos a integrar con autenticidad momentos de nuestra vida que nos ocasionen conflicto porque nos confronta directamente con nuestras emociones.

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Después conocí al que hoy es mi esposo —el hombre de mis sueños—, tras haber aprendido sobre el desamor, la violencia, el duelo, la autoestima, el eneagrama, la codependencia, la terapia corporal, etc.

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Nos mudamos a Israel por su trabajo, y fue ahí donde me convertí en madre. Vivir mi posparto en un país extranjero, lejos de mi familia y en una cultura tan distinta, me confrontó profundamente. En la soledad pude reconocer aspectos de mi al ser madre que tal vez no había entendido en otro contexto, y creo que esta lejanía me dio la valentía para enfrentarme con una sociedad con ideas de crianza que van totalmente en contra de nuestra biología. 

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Comencé a cuestionar muchas de las ideas que escuchaba sobre la maternidad: que no debía dormir con mi bebé, que debía amamantar solo cierto tiempo, que debía “enseñarle” a no necesitarme tanto. Pero algo dentro de mí sabía que eso no estaba bien. 

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Buscando respuestas, estudié la Formación en Salud Mental Perinatal en el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal, y todo cobró sentido. Era como si la ciencia confirmara lo que mi corazón ya sabía.

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Después me formé en Neurociencia del Sueño Infantil, al descubrir cuánto sufrimiento generan los mitos alrededor del sueño de los bebés. Comprendí la importancia del apego seguro, de la presencia emocional, y de confiar en los ritmos naturales de la infancia.

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También realicé la formación en Lactancia Materna y Salud Mental, y tras siete años fuera, regresé a México.

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Fundé La Casa de Mamás, un espacio seguro para madres donde pudieran aprender, compartir y sentirse acompañadas. Hoy ese proyecto evoluciona conmigo: ahora deseo que este espacio digital sea también ese refugio donde puedas criar desde la conexión, el respeto y el amor, confiando en que no hay una forma perfecta de maternar… pero sí muchas formas verdaderas.